Que un perro te obedezca en un determinado momento está muy bien, pero no siempre es posible, porque, para eso, además de ser un perro obediente, tiene que tener habilidades de autocontrol. Y eso también se aprende.
Enseñar a los perros a ser capaces de regular sus impulsos y gestionar sus emociones es la base para resolver cantidad de situaciones y problemas de comportamiento, especialmente con perros reactivos o muy efusivos.
Entrenar el autocontrol es, además de divertido, una forma de fortalecer el vínculo y adquirir confianza en nuestros perros.
¿Cómo puedo enseñar a mi perro a controlar sus impulsos?
Como todas las capacidades en los perros, el autocontrol también se entrena. Aquí te dejo algunos ejercicios que podrás incluir en tu día a día aprovechando los momentos que más emoción le generan a tu perro.
1. RITUAL DE COMIDA
La comida es un estímulo que desborda los límites del ansia de algunos perros. Por ello es importante que el perro aprenda a saber esperar mientras preparas su comida y le das acceso a ella.
Para conseguirlo, realizaremos aproximaciones con el cuenco al suelo, pero retrocederemos si el perro pierde su estabilidad.
No daremos ningún tipo de señal, es importante que el perro se enfoque en su emoción y entienda que solamente si está tranquilo, tendrá acceso a la comida.
Una vez que haya aprendido a esperar, podemos darle la señal de liberación para que coma.
2. RITUAL DE PASEO
Otro de los momentos que más suelen sobreexcitar a los perros es el momento de salir a la calle. Además, tendemos de forma natural a animarles a que lo hagan, sin pensar que, en algunos casos, que el perro salga demasiado alterado al paseo, puede generar que sea incapaz de gestionar los estímulos a los que se tiene que enfrentar. Esto suele verse claro en perro reactivos.
Lo que haremos en este caso será un trabajo basado en el contracondicionamiento y la desensibilización. Para ello, realizaremos el protocolo de salida (colocarle el arnés y vestirnos) y después realizaremos unos juegos de olfato. De esta forma, el perro ya no asocia todo el protocolo con la salida inmediata y además, a través de el trabajo de olfato, canaliza ese pico de estrés que le produce salir a la calle.
Además de este trabajo, debemos trabajar el momento de salir ayudándole a calmarse, avanzando cuando se muestre calmado y bloqueando sus respuestas descontroladas para que entienda que sólo si está tranquilo podrá llegar a la calle.
3. RITUAL DE JUEGO
Para jugar con los perros también existe un protocolo que, una vez aprendido, ayuda al perro a desarrollar sus capacidades de autocontrol, atención de doble enfoque y a fortalecer el vínculo.
En perros que tienen pulsión por el juego, es muy recomendable montar este espacio de juego con un mordedor a través del cual podamos motivarle y trabajar sus impulsos con nuestra ayuda. El perro tiene que ser capaz de encontrarse en un estado emocional alto y atender a lo que le pedimos, ya sea jugar o detener el juego y además realizarlo con cuidado y control.
Recuerda, un perro obediente no es un perro equilibrado, trabaja su autocontrol.